Como atender a las necesidades de desarrollo de los niños en la iglesia en casa

Normalmente, una iglesia hogareña no provee un programa de enseñanza para edades específicas aparte de los adultos. Por eso es esencial que los adultos se pongan abusados en cuanto a la conducta y las capacidades de aprendizaje de los niños y los jóvenes en la iglesia.

Los bebes pueden dormir felizmente durante la hora de estudio y adoración. Si un bebe está despierto y contento, la iglesia provee un ambiente de amor y aceptación. La tarea emocional para crear fe en el bebe pequeño es el aprendizaje que la gente en su mundo son dignos de confianza. Por lo tanto, es bueno que el bebe vaya creciendo con caras reconocidas semana tras semana. Es buena que se cargue, se menee, y se exprese el amor por los adultos, jóvenes, y niños mayores que son parte de la familia espiritual que es la iglesia. Pensamientos bíblicos pueden ser expresados hasta a los bebes más pequeños. “Dios te ama”, “Te amo”, “Gracias Dios por la pequeñita Raquel” son pensamientos bíblicos que son apropiados para usar con los bebes.

Mientras va creciendo el bebe, él o ella estará despierto una mayor porción del tiempo, y empezara a explorar su ambiente. Construyendo sobre la base de un mundo digno de confianza, los bebes deben tomar la iniciativa de explorar. La iglesia hogareña debe proveer un espacio seguro para el bebe que gatea y camina.

Conforme vaya madurándose el niño, las actividades deben reflejar sus habilidades crecientes. Rompecabezas, bloques, actividades artísticas como el de iluminar hojas son parte de las tareas posibles en el desarrollo del plan. Los preescolares pueden cantar un corito o repetir un pensamiento bíblico. Pueden jugar con maraquitas, marimbas, o campanitas durante el periodo musical. Cuando el tema es apropiado para ellos, se les puede explicar con atención especial a sus capacidades.

Los niños “principiantes” (Anos 1-3 en la escuela) necesitan un reto para estar contento dentro del contexto de la iglesia. Úsalos para leer la Escritura, dibujar ilustraciones de la historia bíblica, repartir materiales, cantar, o recoger la ofrenda. Cuando los niños entienden que tienen un lugar importante en el estudio y la adoración, se esmerarán en contribuir al esfuerzo. Acuérdate que a esta edad los niños necesitan sentirse competentes en lo que hacen. Esta competencia resulta en la mejoría de su auto estima solo si la actividad es de valor para el niño. No será de valor para el niño si se da cuenta que las actividades son superficiales o que el estímulo que recibe no es sincero. Hay que reconocer que los niños de esta edad piensan literalmente. Siendo que muchas verdades bíblicas son simbólicas, hay que enseñar en una manera que ellos pueden entender. Pueda ser que la gente mayor disfrute un estudio de los eventos escatológicos, pero para los niños, servirá solo para confundirlos.

Los niños mayores, (Anos 4-6 de la escuela) entraran poco a poco al pensamiento abstracto, pero siguen siendo pesadores literales durante la mayor parte de la escuela primaria. Si han oído historias bíblicas desde nacimiento, tendrán un conocimiento amplio de verdades bíblicas. Pueden contar las historias, leer la Biblia, planificar actividades con los niños menores, crear obras de arte impresionantes, cantar muy bien, y contribuir en todas estas áreas al estudio y la adoración de la iglesia. Empiecen a ser impactados por la opinión y las actividades de sus contemporáneos. Por lo tanto es vital que la iglesia continúe su papel como mentor que moldee los valores de los niños, capaces de hacer decisiones sabias.

Los jóvenes están entrando al periodo de pensamiento abstracto. Deben escuchar las historias bíblicas de una perspectiva nueva. Deben contar historias bíblicas o otros, tomando liderazgo dentro del grupo. Ya para la edad de 16 o 17 años, deben de estar tornándose en el liderazgo del grupo – guiando la reunión general, enseñando el estudio bíblico, y facilitando el periodo de compartimiento. Algunos jóvenes, por supuesto, no se sentirán cómodos en hacer esto, y es vital que la iglesia sea sensible a cada joven.

Los jóvenes más maduros piensan más en conceptos abstractos. Se vuelven idealistas y promueven cambios. Pueda ser que se impacienten con las cosas rutinarias. Pueden cuestionar la pasividad de los adultos. Pueden involucrarse profundamente en movimientos contemporáneos como el rescate del ambiente, la opresión de la clase trabajadora y las mujeres, y el racismo. Esta etapa maravillosa es un regalo de Dios a la raza humana que evita el contentarnos con el sistema fallado que tenemos. Cada generación de gente joven desafía a los adultos a examinar a sus valores.

Es fácil pensar que la Iglesia Hogareña tiene poco para ofrecer a los jóvenes. Pero, todo lo contrario. Los jóvenes entienden plenamente que su presencia en la iglesia es importante, y que se les estraza cuando son ausentes. Cuando los adultos les muestran un interés genuino, los jóvenes corresponden con una confianza compartida. Si los jóvenes cristianos no reciben responsabilidades apropiados para sus habilidades y entrenamiento, pronto perderán su interés en la iglesia. La iglesia hogareña necesita nuevos líderes. Cada iglesia debe actuar de acuerdo con el conocimiento que tiene de cada uno de sus jóvenes.

Es posible que un joven reciba un consejo con mayor facilidad que de sus propios padres. Por supuesto, esto debe ser hecho con tacto, cuidado, y amor. Cuando exista un ambiente de confianza y amor, la familia espiritual de la iglesia facilita buenas decisiones y conducta de los jóvenes sin la confrontación que a veces sucede en el hogar.

Los jóvenes pueden participar en proyectos misioneros, cerca y lejos del hogar. Esto provee una oportunidad de practicar su idealismo, y dejar que Dios les hable acerca de cómo usar sus talentos y habilidades en su servicio.

La iglesia hogareña puede proveer becas para mandar a los jóvenes a campamentos y conferencias presentadas por la red de iglesias en el área. Si no hay tal oportunidad, se puede buscar otras iglesias para aprovechar alguna actividad de acuerdo con la necesidad de sus jóvenes.

La iglesia hogareña tiene la oportunidades únicas para involucrarse en la vida de sus niños de la cuna hasta que se independicen se su padres. La oración forma un enlace permanente con el niño. La oración también minimiza la molestia que se siente cuando un niño o joven pase por una etapa de rebeldía. El niño siente el apoyo expresado por la asistencia a sus actividades de la escuela y eventos artísticos o deportivos. Una manera maravillosa de profundizar la relación con un niño y su familia es de cuidarlo cuando sus padres salgan juntos a comer.