Lo que Creemos

Dios
Nuestro Dios es Un Dios. Es el único Dios. Es perfecto en todo. Existe eternamente en las tres personas del Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Jesucristo
Jesucristo es completamente humano y completamente Divino. Es “el único Hijo” de Dios (Juan 3:16). Nacido de una virgen, Jesús vivió, murió en una cruz por nuestro pecado, y resucitó de los muertos. Sentado a la derecha de Dios, Él regresará a la tierra cuando Dios así lo tenga previsto. Jesús mismo declaró: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por Mí.” (Juan 14:6).

Jesús es Dios dentro de la naturaleza divina – Padre, Hijo y Espíritu Santo. El apóstol Tomás lo declaró así cuando dijo: “Mi Señor y mi Dios” (Juan 20:28).

El Espíritu Santo de Dios
Jesús da el Espíritu Santo para vivir dentro de aquellos que son salvos. El Espíritu de Dios enseña, guía, aconseja, capacita a la iglesia en su totalidad e individualmente a cada creyente.

La Biblia
La Biblia es la Palabra de Dios, divinamente inspirada, verdadera y con autoridad. Nos enseña qué creer y cómo vivir.

Pecado
Cada persona es pecadora “…todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). El resultado del pecado es muerte espiritual. Por lo tanto, es necesario que seamos salvos.

Salvación
La salvación viene a cada persona que acepta la gracia de Dios a través de la fe en la muerte y resurrección de Cristo Jesús para redención de la consecuencia de nuestro pecado. No podemos alcanzar salvación a través de nuestros propios esfuerzos (obras). Viene a nosotros como un regalo gratuito de parte de Dios cuando reconocemos y rechazamos nuestra vida de pecado; le pedimos a Él nos perdone; nos arrepentimos (giramos nuestra vida hacia una nueva y santa dirección); y colocamos nuestras vidas en manos de Jesús al pedirle que entre en nuestra vida como nuestro Salvador, nuestro Señor (Dueño) y nuestro Dios.

Cielo e Infierno
Aquellos que creen en Jesús como Señor y Salvador heredarán vida eterna con Dios en el Cielo. Aquellos que no creen, ya heredaron condenación eterna.

Seguridad del Creyente
Cuando una persona acepta a Jesús como Señor y Salvador, esa persona llega a ser hijo de Dios y tiene seguridad eterna de su salvación. Nada podrá jamás separar a aquella persona de Dios.

Iglesia
La iglesia es el cuerpo de Jesucristo y consiste de solo aquellos que son espiritualmente nacidos de nuevo. El Reino de Dios consiste de todos aquellos, de todas edades, que han creído por fe en Cristo Jesús, el Hijo de Dios.

Proclamación del Evangelio de Jesucristo
Jesús encomendó a todos aquellos que creen en Él a ir y hacer discípulos a todas las naciones, bautizando y enseñando a aquellos que creen (Mateo 28:18-20).

Bautismo
El bautismo es la inmersión del creyente en agua. No salva a la persona. Es la proclamación de fe del creyente en la muerte, entierro y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. El bautismo de un creyente presenta un cuadro al creyente y al público de la muerte y sepultura de la vida vieja de la persona – y aceptación (resurrección a) de su nueva vida en Cristo.

La Cena del Señor
La Cena del Señor, frecuentemente llamada Comunión, fue ordenada por Jesucristo para Sus seguidores. Esto, como el bautismo, no salva a la persona. Más bien debe ser tomada frecuentemente por los creyentes como recordatorio del sacrificio que Jesús hizo para nuestra redención del pecado.

Sacerdocio de Cada Creyente
El Nuevo Pacto con Dios proclama que el Orden de los sacerdotes del Antiguo Testamento ha desaparecido. En su lugar, Dios coloca un Nuevo Pacto para creyentes, en el “corazón” (el lugar más profundo) de cada seguidor de Cristo. Por lo tanto, cada creyente sirve como sacerdote ante Dios a través de Jesús, el Cristo. De la misma forma, el Nuevo Testamento declara que todos los seguidores de Jesús son santos a través de la fe en el Hijo de Dios.

Igualdad de Personas
La Biblia enseña que no existe diferencia de personas en el Reino de Dios. Dios reconoce el valor e igualdad de hombres y mujeres, Judíos y no Judíos, esclavos y libres, y otras situaciones de aquellos que siguen a Jesús (Gálatas 3:26-29). Igualmente, Jesús nos enseñó que el servicio a otros es el camino hacia el liderazgo espiritual verdadero en Su Reino (Mateo 20:25-28).

Mayordomía
Jesús nos enseñó que todo lo que tenemos viene de Dios. Por lo tanto debemos ser mayordomos fieles (guardianes) de todo lo que Dios nos ha encomendado – incluyendo nuestro tiempo, nuestras habilidades, nuestros recursos, y nuestro testimonio a otros.

El Regreso de Jesucristo
En el día de Su ascensión de la tierra al Cielo, Jesús le recordó a sus seguidores que Él regresará. Él declaró que lo veremos regresar de la misma manera que lo vieron ir a Su hogar en el Cielo. El Nuevo Testamento enseña que cuando Él regrese a la tierra, será en el tiempo perfecto de Dios. Traerá un fin a la tierra y la vida en la forma que la conocemos e incluirá juicio divino y destino eterno para cada ser humano. Solo Dios mismo sabe cuándo esto será.

Competencia del Alma
Dios creo la humanidad a Su Imágen. Como discípulos (seguidores) de Su Hijo, Jesús, constantemente buscamos ser perfectos así como Dios es perfecto. Aun así, cada persona nace con libertad de elección de pecar o no pecar – y de aceptar o rechazar Su Plan Divino para nosotros por medio de Su Hijo, Jesucristo.